El mantecado de Antequera
El mantecado de Antequera es uno de los dulces más emblemáticos de Andalucía y forma parte esencial de la identidad gastronómica de la ciudad. Su origen se remonta al siglo XVIII, cuando en la comarca existía un excedente de harina y manteca de cerdo, ingredientes que dieron lugar a una receta sencilla pero exquisita.
Aunque los mantecados se elaboran en distintas zonas de España, Antequera cuenta con una de las tradiciones más antiguas y documentadas. En los archivos locales se conserva una receta de mediados del siglo XVIII, procedente de los Marqueses de Fuente Piedra, considerada la primera referencia escrita del dulce en la ciudad.
A lo largo del siglo XIX, los obradores antequeranos comenzaron a adquirir fama. Destacó especialmente la marca “La Castaña”, fundada hacia 1790 en la calle Comedias, que llegó a ser proveedora de la Casa Real durante el reinado de Alfonso XII. Más tarde surgieron casas como La Antequerana (fundada en 1880), que aún hoy conserva su carácter artesanal.
La tradición repostera de Antequera estuvo también muy ligada a los conventos, donde se elaboraban dulces como los mantecados, polvorones o bienmesabe. Con la llegada del ferrocarril, su distribución se amplió y los mantecados comenzaron a viajar a toda España.
En el siglo XX, obradores como Sancho Melero o La Perla continuaron la herencia, incorporando nuevos sabores —chocolate, coco, pistacho o vainilla— y manteniendo el horno de leña como símbolo de autenticidad.
Hoy, los mantecados de Antequera siguen representando una mezcla de historia, artesanía y orgullo local. Cada otoño, cuando comienza la campaña, la ciudad revive una tradición que combina sabor, memoria y cultura, manteniendo vivo uno de sus tesoros más dulces.
En la actualidad, la producción se ha modernizado sin perder su esencia artesanal. Muchas fábricas han incorporado tecnología para garantizar la máxima calidad, trazabilidad y sostenibilidad en los procesos. Además, los maestros pasteleros antequeranos apuestan por sabores innovadores (como tarta de queso, tiramisú o pistacho) y por alternativas más saludables, como los mantecados sin gluten, sin azúcar o veganos, para que todos puedan disfrutar de este manjar típico sin renunciar a su autenticidad.